CAMPAMENTO SENDA VERDE YOLOSA P6C

Para los que vivimos generaciones alrededor del colegio Alemán, estamos ya acostumbrados a recibir siempre las malas noticias del curso, que los chicos se portaron mal, que las chicas pegaron al tal, que el curso es un curso problema, que hay que controlar más porque esto no está funcionando y esa clásica serie de dramas noticiosos que nos dejan siempre preocupados y que nos hacen sentir que estamos criando monstruos.

Pues esta nota, es muy diferente, es una carta de felicitaciones a todos y a cada uno de los papas del P6 C porque estamos haciendo un super trabajo.
Tuve la suerte de cambiar mi entrada VIP A al concierto de Scorpions por un viaje junto a nuestros hijos que quedara grabado en mi memoria como si hubiera estado en el reencuentro de Pink Floyd en Venecia.
Sin excepción , y lo digo de corazón, sin excepción alguna  TODOS los chicos del curso se portaron más que bien, hicieron del campamento una experiencia que vale la pena y que me recordó porque yo amo tanto los campamentos y porque intento volver a mi niñez cada día de mi vida.
No quiero que piensen que los chicos se volvieron unos santos y se dedicaron a rezar y extrañar a sus papitos todo el viaje, fueron niños, en su máxima expresión y con todo lo lindo que tiene ser chico y tener esa edad. Les mentiría si les digo que se dormían cuando decían que se durmieran, les mentiría si les digo que se ponían bloqueador cuando se los decíamos, o repelente o no se que otras cientos de cremas y cosas que los pobres cargaron hasta Yolosa, tal vez no lo hicieron porque dejamos a su libre albedrío el que lo hagan," si no quieren que les piquen ponganse repelente y si no quieren quemarse ponganse bloqueador", pero no fuimos a perder el tiempo haciendo el papel de torturadores, la verdad nos preocupamos por otras cosas importantes, nos preocupamos por que tengan actividad hasta el agotamiento, y no sólo para cansarlos si no para darles oportunidad de compartir lo más posible entre TODOS  y funcionó una belleza.
Para mí fue una prueba de que no hay que poner a los chicos una lista de LO QUE NO DEBEN HACER sino una lista de TODO LO QUE PUEDEN HACER.
Lo que para algunos era correr riesgos, para nosotros se volvió en cumplir retos, trepamos cerros, resbalamos cascadas, entramos al río, SI, entramos al río, lo admito, caminamos de noche al pueblo, hicimos teatro, bailes, y caminamos muuuuuuucho, muuuuucho y todos aportaban portándose bien para poder conservar esa libertad de hacer todo lo que quieran siempre y cuando lo hagan con responsabilidad.

Me gustaría contarles con más detalles cada uno de los momentos, pero ví cosas tan bonitas que más de una vez nos hicieron botar alguna lágrima; cuando una chica se caía, habían dos chicos ayudando a levantarla, un grupo de chicos se encargo de atender las mesas por el simple gusto de hacerlo, y en lugar de burlarse de ellos, las chicas al final de las comidas les hacían un discurso de agradecimiento y la cena se cerraba con un aplauso. Al día siguiente todos querían ser garzones y la gente del hotel andaba alucinada.
Es verdad que los chicos circulaban de carpa en carpa durante toda la noche, parte de la aventura y de sacarse las curiosidades sanas y propias de la edad. Lo  único que les pedimos fue respeto por los demás y pasó lo que nunca imagine que pasaría, la segunda noche sin importarles ser reñidos,  salieron de sus carpas a las 3 de la mañana y un grupo se disculpó con otro grupo por haberlos tratado mal durante muchos años y de golpe todos estaban llorando y abrazándose.
Vale la pena añadir que el lugar donde acampamos  ayudo un montón, porque no era un resort ni uno de esos  bunkers de alta seguridad donde mayormente los papitos del alemán mandamos a nuestras wawas para que no corran riesgos y esten superbien  atendidos, no señor, este era un lugar donde los chicos tenia que respetar el trabajo de los voluntarios  y  el habitat de los animales, donde el contacto con la naturaleza y la cultura de conservación es tan directa que te afecta realmente.
Quiero terminar cada rato esta nota pero cuando voy a hacerlo me vienen recuerdos muy fuertes, como el día que fuimos a la escuela de la zona y vi que nuestros hijos no tenian esa actitud de ricos dando limosna a los pobres, tenian esa onda de sentirse iguales, de compartir la mesa con ellos y de abrazarlos, de  entablar conversación. Los chicos de la escuela nos dedicaron una hora cívica llena de cantos y declamaciones, y los nuestros por propia voluntad retribuyeron los mismos homenajes cantando y hablando para los niños de la escuela, luego Alemán y Escuelita, todos en malla nos fuimos a bañar a una cascada que nos obligó a perder el miedo a las  alturas y trepar un cerro rodeado de agua que era espectácular, todos lo logramos  y los que no podian fueron ayudados por los que podian.
Ya no quiero hacerlos envidiar más de MI VIAJE, porque ahora le digo MI VIAJE, pero comenzando por agradecer a Marcela y Eli que me dieron la oportunidad de ir con ellas y se aguantaron mis caprichos de hacer algunas travesuras con los niños y  compartir la travesuras con ellos. Gracias amigas.
La verdad es  que el viernes cuando llegue a mi casa,mientras  me daba una ducha, me vino una depre al pensar que ya no tenía que planificar más  actividades para desgastar las 20 hrs diarias de enegía  que tienen nuestras wawas  y los extrañé mucho.
Uno por uno  conocí a sus hijos y tengo imágenes y   nombres de cada uno de ellos grabados en mi.
Estemos  orgullosos porque  tenemos de todo, artistas, deportistas, pensadores, soñadores, modelos,rockeros, investigadores, bromistas, bohemios, un curso muy rico  y tengo, nuevamente, que felicitarlos a todos ustedes porque tienen hijos fantásticos y lo están  haciendo muy  bien, la proxima vez que alguien los  haga dudar de como son nuestros  hijos,  lean esta carta y confíen ciegamente en que cada una de ellos en su forma y personalidad propia son personas increíbles.  Gracias por el campamemto